Uno de los grandes científicos del siglo XX
es Santiago Ramón y Cajal, un médico
fundador de la neurobiología moderna, siendo el primero en mostrar con
precisión el sistema nervioso, la existencia de las neuronas y la conexión
entre ellas.
Elevó la ciencia española a lo más alto cuando en 1906 le fue concedido el Premio Nobel de Fisiología y Medicina.
Nacimiento y primeros años
Santiago Ramón y Cajal nació el 1 de
mayo de 1852 en Petilla de Aragón
(Navarra).
Su padre era médico rural. Durante la
adolescencia, Ramón y Cajal tenía inclinaciones por el arte, principalmente el
dibujo, pero fue su padre quien lo instó a ser médico. También fue él quien le
enseñó el arte de la anatomía, y fue allí donde se hicieron útiles
las dotes artísticas de Cajal.
Sus estudios,
su trabajo y su investigación
Estudió Medicina en la Universidad de Zaragoza. Trabajó como médico durante
dos años en la guerra de Cuba, donde enfermó de malaria y tuberculosis.
Fue catedrático de Anatomía en la Universidad de Valencia (donde
destacó en la lucha contra la epidemia de cólera que azotó la ciudad en 1885) y después
fue catedrático de Histología en las universidades de Barcelona y de Madrid.
Mientras preparaba sus oposiciones para la
universidad montó su propio estudio científico en su casa, impulsado por la
curiosidad y la maravilla de los microscopios.
Su labor científica se centró
en estudiar el sistema nervioso, al que él mismo apodó "la obra maestra de la
vida". A partir de 1888 se dedicó al estudio de las conexiones de las células nerviosas (neuronas), para lo cual desarrolló
métodos de tinción propios, exclusivos para neuronas y nervios, que mejoraban
los creados por Camilo Golgi. Gracias a ello logró demostrar que la neurona es
el constituyente fundamental del tejido nervioso. Estudió también la estructura
del cerebro y del cerebelo, la médula espinal, el bulbo raquídeo y diversos
centros sensoriales del organismo, como la retina.
En
1889 se celebró un Congreso de la
Sociedad Anatómica Alemana en Berlín, y Ramón y Cajal reunió sus escasos
ahorros para asistir a aquel congreso internacional y se encaminó en un vagón
de segunda clase, y lleno de esperanzas, a la capital del entonces Imperio
germánico. Lo que quería era dar a conocer sus descubrimientos acerca de
las neuronas y la estructura celular del sistema nervioso (eran años donde ser
científico era realmente difícil, y más en nuestro país). Al congreso también
asistía Albert Kölliker, maestro incontestable de la Histología alemana que, en
principio, no quería saber nada de aquel joven español e impetuoso, pero se
cuenta que D. Santiago cogió del brazo a Kölliker y casi literalmente lo
arrastró hasta un rincón de la sala donde se encontraba el microscopio y le
contó sus descubrimientos. Desde ese momento, y bajo el padrinazgo de Kölliker,
la figura de Ramón y Cajal empieza a recorrer Europa y América. Todo el mundo
hablaba de sus descubrimientos. Se dice que el propio Kölliker aprendió
castellano con la sola intención de poder seguir más de cerca las investigaciones
y trabajos de Cajal.
También
en España empiezan a reconocerle y a sentirse orgullosos. Por fin un científico
español reconocido en su propio país.
En
1900 fue nombrado director del recién creado Instituto Nacional de Higiene
Alfonso XII.
En
1906 le fue concedido el Premio Nobel de
Fisiología y Medicina por sus descubrimientos acerca de la estructura del
sistema nervioso y el papel de la neurona, galardón que compartió con el médico
italiano Camillo Golgi.
En 1907 presidió
la Junta para Ampliación de Estudios e
Investigaciones Científicas, preocupado por la promoción de la investigación científica en España, y convencido de que al carro de la cultura española le
faltaba la rueda de la ciencia.
En 1922
se fundó el Instituto Cajal de Investigaciones Biológicas, al que Cajal dedicó
todos sus esfuerzos, abandonando su carrera universitaria.
También
ganó premios como Miembro de la Real Academia de Ciencias de Madrid y fue
nombrado doctor Honoris Causa en las universidades de Cambridge y Wurzburgo.
Falleció en Madrid el 17 de
octubre de 1934.
Sus
descubrimientos científicos
A Ramón y Cajal se lo describe como el padre
de la neurobiología moderna. Gracias al perfeccionamiento del sistema
de tinción de las células creado por Golgi, Ramón y Cajal pudo explicar con
precisión la doctrina de
la neurona, en la que se explicaba
la estructura de esta célula y la sinapsis.
Creó las bases de la teoría
de la neurona, según la cual las células
nerviosas son individuales y no forman nunca un
retículo difuso, como postulaban muchos histólogos. Enunció la ley de polarización
dinámica de las neuronas, esencial para comprender la
direccionalidad del impulso nervioso. Las neuronas le proporcionaron grandes
satisfacciones. "El jardín de la Neurología brinda
al espectador espectáculos cautivadores y emociones
artísticas incomparables", escribió.
La doctrina de la neurona se
formula en 1891, y dice que la neurona es la unidad estructural y funcional del
sistema nervioso, que son células individuales y que tienen tres partes -la
dendrita, el soma y el axón-.
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